DESDE MI RINCON.
Francisco Javier Conejo, ofs
Con razón se le ha llamado a Lucas el evangelista
de la Virgen. Es también el evangelista de los pobres, de la misericordia, del
espíritu Santo y el más feminista.
Lucas aporta muchos detalles sobre María que
ignoran los otros evangelistas.
El Evangelio de Lucas ofrece todo una serie de
temas importantes para una espiritualidad mariana: la vocación de maría, su fe,
su pobreza, su dimensión contemplativa, su disponibilidad al plan divino,
perfecta discípula de Jesús y tantos otros.
Estos temas pueden agruparse en torno a los acontecimientos
principales de la vida de María: anunciación; visitación; nacimiento de Jesús;
Presentación de Jesús en el templo; manifestación de Jesús en el templo a la
edad de 12 años; María en la vida pública de Jesús; presencia de maría en la
primitiva comunidad de Jerusalén (Hch 1,14).
Con pocos rasgos, pero con mano maestra, Lucas
traza la fisonomía espiritual de la Virgen María. Se perfila su grandeza
espiritual en contraste maravilloso con su humilde condición humana. No se
describe sus antepasados, ni siquiera se consigna el nombre de sus padres. Ella
misma se coloca entre los humildes, entre los pobres, tal vez entre los
despreciados de este mundo. Así interpretan algunos las palabras del
magníficat: “Porque ha mirado la pequeñez de su esclava” (1,48).
Pero de parte de Dios es saludada como la
agraciada, la colmada de gracia. Es la favorecida de Dios, la que ha hallado
gracia ante Dios (1,28-30). De modo enfático se le anuncia una protección y una
asistencia especial de Dios: “El Señor está contigo” (1,28). Palabras de
significado teológico que se han dirigido a los grandes personajes del A.T.:
Isaac, Jacob, Moisés, Josué, Saúl, David… En el AT nunca se dirige a una mujer.
Fe de María.
Lucas nota cuidadosamente la fe de María, su
reflexión interior, sus dificultades y la exalta: “Dichosa tú que has creído”
(1,45). María se muestra dócil a la Palabra de Dios y acepta el designio divino
(1,38). Isabel la proclama dichosa por su fe y Jesús llama bienaventurados a
los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan (11,28). María fue
precisamente la persona que supo acoger y meditar en su corazón los hechos y
dichos de Jesús (2,19-51).
Dimensión contemplativa.
María no siempre comprendía el comportamiento de
Jesús o sus palabras, pero meditaba sus hechos y dichos. Los guardaba en su
corazón y los confrontaba con las profecías y textos del AT. A través de la
reflexión y la meditación iba recibiendo la luz del espíritu para comprender la
persona y misión de su Hijo. También en esto María es figura y tipo de la
Iglesia, que de escuchar y meditar la Palabra de Dios, acogerla en su corazón,
proclamarla, hacerla vida en los demás.
El mes de Mayo, mes de María.
- ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO
JAVIER CONEJO, OFS
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE
FRANCISCÀ SEGLAR DE CATALUNYA.
ANY 24 – MAIG 2019 - NÚM. 222.