FRA
FRANCISCO PESQUERA, OFMCONV.
En una conversación con uno de
los voluntarios que acuden, frecuentemente, por nuestro centro “San Francisco
de Asís” me comentó que había leído, hacía poco, la biografía que Gilberth K.
Chesterton escribió sobre San Francisco y publicada en la Editorial Juventud en
1925 del que luego se han hecho varias ediciones. Le comenté que conocía algún
artículo suyo pero que nunca había tenido la oportunidad de tener ese libro. Y
fue gracias a su gentileza como esta biografía llegó a mis manos.
Si alguno recuerda haber leído
biografías de San Francisco con una literatura sencilla y directa no es el caso
de Chesterton quien usa su estilo peculiar de los ensayos, eso sí con más
entusiasmo, ya que es la primera obra que escribe después de su conversión al
catolicismo. Tal como se lee en la contraportada del libro esta obra ha sido
calificada como “libro de fuego”, porque une a su estilo polémico la ternura y
analiza el carácter positivo y luminoso del santo. Francisco para Chesterton:
“fue un asceta pero no fue sombrío, más bien, una persona menor que proyectaba
luz sobre los mayores”
Lo que realmente me ha llevado a
escribir sobre esta obra de Chesterton es el hecho que al hablar de la figura
de San Francisco hable también de sus seguidores y, de una manera particular de
lo que llama “la orden tercera”. Para él, el seguimiento de la espiritualidad
del santo no es patrimonio exclusivo de los monjes y de los frailes sino que ha
sido inspiración de multitudes de hombres y mujeres casados o sol-teros, que
vivían como nosotros, pero con una espiritualidad propia. Aquella gloria
matutina que san Francisco extendió por cielo y tierra se ha posado, sobre multitud
de techos y en multitud de aposentos.
En una sociedad como la nuestra,
se ignora a estos seguidores de San francisco y menos a aquellos más conocidos:
“Si nos imaginamos ver por la calle una procesión de la Orden Tercera de San
Francisco, las figuras famosas nos sorprenderán más que las singulares. Allí
cabalga san Luis, el gran rey, señor de la alta justicia, cuyas balanzas se
inclinan en favor del pobre. Y Dante, coronado de laurel, el poeta que en su
vida de pasiones cantó las alabanzas de Nuestra Señora la Pobreza, cuyo traje
gris está, por dentro, forrado con púrpura gloriosa. Serían revelados grandes
nombres de toda suerte, aun de los siglos más recientes y racionalistas. El
gran Galvani, por ejemplo, el padre de la electricidad, el mago que ha construido
tantos modernos sistemas de estrellas y de sonidos. Un séquito tan variado
bastaría para probar que San Francisco no carecía de simpatía por los hombres
corrientes”. Naturalmente que Chesterton no es tan exhaustivo como es el hno.
Ministro General Tibor Kauser, cuando dirige la carta a la OFS y a JUFRA, con
motivo de los 40 años de la Regla ni, como es natural, nombra a Verónica Antal,
última de esta estela, beatificada el 22 de septiembre de 2018. Con este
“admirable y variado florecimiento de la santidad seráfica – continúa Tibor
Kauser - la Tercera Orden Franciscana ha demostrado ser necesaria para la plena
expresión de nuestro carisma”.
- ARTICLE ESCRIT PER FRA
FRANCISCO PESQUERA, OFMCONV.,
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE
FRANCISCÀ SEGLAR DE CATALUNYA.
ANY 24 – MAIG 2019 - NÚM. 222.