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Desde el corazón de la Biblia.

DESDE EL CORAZÓN DE LA BIBLIA.

PARA LA REFLEXION PERSONAL.
De José Antonio Pagola, de "Grupos de Jesús".


"¡Ánimo! Soy yo. No temáis". (Mateo 14, 24-33)

Francisco Javier Conejo Salvador, ofs

La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino El hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero, al instante les habló Jesús diciendo: « ¡Animo!, que soy yo; no temáis.» Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas.» « ¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: « ¡Señor, sálvame!» Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios.»

Eran tiempos difíciles para la joven comunidad cristiana en la que Mateo escribía su Evangelio. Se había enfriado el entusiasmo de los primeros tiempos. Los conflictos y tensiones con los judíos eran fuertes. ¿Se hundiría la fe de aquellos creyentes? Lo primero que necesitaban era descubrir la presencia de Jesús en medio de la crisis.

Los cristianos que escuchan este relato lo entienden enseguida. Conocen el lenguaje de los salmos y saben que “las aguas profundas”, “la tempestad”, “las tinieblas de la noche”… son símbolo de inseguridad, angustia e incertidumbre. ¿No es esta la situación de aquellas fraternidades, comunidades, amenazadas desde fuera por el rechazo y la hostilidad, y tentadas desde dentro por el miedo y la poca fe? ¿No es esta nuestra situación?

Jesús les parece un “fantasma”, algo no real, una ilusión falsa… Los miedos en la comunidad cristiana son uno de los mayores obstáculos para reconocer a Jesús y seguirlo con fe como “Hijo de Dios” que nos acompaña y nos salva en las crisis.

Jesús les dice las tres palabras que necesitan escuchar: “Ánimo. Soy yo. No tengáis miedo”. “Ánimo”: Jesús viene a infundir ánimo y sembrar esperanza en el mundo. “Soy yo”: no es un fantasma, sino alguien vivo, lleno de fuerza salvadora. “No tengáis miedo”: hemos de confiar y aprender a reconocerlo junto a nosotros en medio de las crisis, peligros y dificultades.

Pedro bajó de la barca y “se pudo a caminar sobre las aguas yendo hacia Jesús”. Esto es esencialmente la fe cristiana. “Caminar hacia Jesús, dar pasos día a día orientando nuestra vida hacia él. “Sobre las aguas”, sin otro apoyo firme que no sea su Palabra. Sostenidos por su presencia misteriosa en nuestra vida. ¿Estamos dispuestos a hacer esta experiencia?

Jesús, que está atento y pendiente de Pedro, no permanece indiferente a este grito. Según el relato, “le tiende su mano”, “lo agarra”, y “le dice”: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?”. Tal vez en medio de la crisis y de la noche cuando aprendemos a creer con más verdad en la fuerza salvadora que se encierra en Jesús.


- ¿Está mi fe en crisis, se va apagando o va creciendo?

- ¿Dónde y cómo puedo yo sentir la mano tendida de Jesús que me agarra y me quita los miedos y no deja que me hunda?

- ¿Qué estamos aportando a la sociedad y a la Iglesia los que escuchamos el Evangelio de Jesús? ¿Ánimo o desaliento? ¿Esperanza o pesimismo? ¿Palabras o compromiso?


- ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO JAVIER CONEJO SALVADOR, OFS,
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 29 – SETEMBRE 2024 - NÚM. 279