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Desde el corazón de la Biblia. (2)

 

DESDE EL CORAZÓN DE LA BIBLIA.

PARA LA REFLEXION PERSONAL.
De José Antonio Pagola, de "Grupos de Jesús".

"Venid a mí los que estáis cansados y agobiados". Mateo 11,25-30


Francisco Javier Conejo Salvador, OFS

En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Un día, Jesús desnudó su corazón y descubrió lo que sentía en su interior al ver lo que estaba ocurriendo. Lleno de alegría alabó a Dios delante de todos: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has dado a conocer a los sencillos”.

Los “sabios y entendidos” creen saberlo todo, pero no entienden nada. Tienen su propia visión docta de Dios y de la religión. No necesitan aprender nada nuevo de Jesús. Su corazón endurecido les impide abrirse con sencillez y confianza a la revelación del Padre a través de su Hijo. Con esta actitud no será difícil hacer un recorrido de conversión. Si ya lo sabemos todo, ¿qué vamos a aprender de Jesús, de su Padre o de su proyecto del reino de Dios?

La actitud de la gente sencilla es diferente. No tienen acceso a grandes conocimientos religiosos, no asisten a las escuelas de los grandes maestros de la ley, tampoco cuentan mucho en la religión del Templo. Su manera de entender y de vivir la vida es más sencilla. Ellos van a lo esencial. Saben lo que es sufrir, sentirse mal y vivir sin seguridad. Por eso se abren con más facilidad y confianza a Dios que les anuncia Jesús. Están dispuestos a dejarse enseñar por él. El Padre les está revelando su amor a través de sus palabras y de su vida entera. Entienden a Jesús como nadie. ¿No es esta la actitud que hemos de despertar en nosotros?

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados”. Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que viven la religión como un peso, los que se sienten agobiados por doctrinas complicadas que les impide captar la alegría de un Dios Amigo y Salvador.

“Cargar con mi yugo…porque es llevadero y mi carga ligera”. Es la segunda llamada. Hay que cambiar de yugo. Hemos de coger el de Jesús, que hace la vida más llevadera. No porque Jesús exige menos, sino porque propone lo esencial: el amor que libera a las personas y despierta en el corazón humano el deseo de hacer el bien y el gozo de la alegría fraterna.

"Aprender de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Es la tercera llamada. Hemos de aprender a cumplir la ley y vivir la religión como lo hacía Jesús, con su mismo espíritu. Jesús hace la vida más clara, más sencilla y más humilde. Libera lo mejor que hay en nosotros y nos enseña a vivir de manera más digna y humana.

- ¿Me resulta un peso la religión y la moral tal como se viven en nosotros?

- ¿Hay algo que me hace sufrir de manera especial? ¿Qué puedo hacer para vivir con más paz?

- Cuando me encuentro agobiado por los problemas, cansado de seguir luchando, ¿suelo ir a Jesús para encontrar respiro, descanso y aliento nuevo? ¿No necesito aprender a relacionarme con él de otra manera?

- ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO JAVIER CONEJO SALVADOR, OFS,
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 29 – NOVEMBRE 2024 - NÚM. 281