FORMACIÓN.
Francisco Javier Conejo, ofs
La palabra formación viene del latín forma (figura, imagen). “Forma-ción”: el sufijo latino -ción indica acción y efecto, así, formación es la acción y efecto de formar.
La formación es acción que da forma. La palabra forma implica un sentido de
armonía, belleza, en consecuencia, formar y formación significan dar forma a lo
que no lo tiene o a lo que no está bien y debe ser mejorado o perfeccionado. La
misma palabra forma nos hace pensar
en la expresión forma de vida. Y en
nuestro caso, franciscanos seglares es
formar en la vida evangélica en comunión fraterna.
Art. 3.3 de las CC.GG.: “La vocación
a la OFS es una llamada a vivir el Evangelio en comunión fraterna. Con
este fin, los miembros de la OFS se reúnen en comunidades eclesiales, que se llaman
Fraternidades”.
Entrar en una “forma de vida” como la franciscana seglar no es una opción
más. Es el resultado de una preciosa llamada de Dios a ser tales para una
finalidad bien precisa. Llegar a ser Franciscanos Seglares es, y debe ser, sólo
el fruto de una auténtica vocación. A ella se corresponde una misión precisa,
en comunión con toda la Familia franciscana, que es sostenida por el mismo
carisma de Francisco que nos capacita para cumplir su misma misión en nuestro
estado de seglares.
Es necesario redescubrir y vivir esta dimensión para que la Orden viva
enteramente de la gracia de la vocación en todos y cada uno de sus miembros.
El proceso de discernimiento vocacional pasa por momentos dolorosos. Cuando
el Señor llama nos saca de nuestra zona de confort y solemos responder a la
llamada con evasivas o con excusas. A lo largo de la historia de salvación le
ha pasado a muchos profetas: Jeremías:
“Señor que soy muy joven”; Moisés: “Señor
que no sé hablar delante del faraón”. A veces no queremos oír la voz de
Dios como Jonás: “La Palabra de Yavé fue dirigida a Jonás, hijo de Amittay, en
estos términos: levántate, vete a la ciudad de Nínive, la ciudad grande, pero
fue para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yavé (Jonás 1,1-3) finalmente
Jonás fue a predicar a Nínive, después del famoso pasaje de la ballena, en la
que estuvo tres días. Quizás el pasaje que mejor refleja cómo se manifiesta
Dios es cuando Dios se le manifiesta a Moisés a través de zarza ardiendo:
Cuando Moisés le dice ¿Quién eres? Él le dice “yo soy el que soy”. Dios le pide que se descalce porque, la tierra
que pisa es tierra sagrada. Cuando entramos en el ámbito de Dios, tenemos que
salir de nuestras seguridades y ponernos en las manos de Dios. Y esto es un
proceso. No es fácil.
El Papa Francisco, en su exhortación apostólica Gaudete et Exultate nos
dice acerca del discernimiento: “…el
discernimiento espiritual no excluye los aportes de sabidurías humanas,
existenciales, psicológicas, sociológicas o morales. Pero las trasciende. Ni
siquiera le bastan las sabias normas de la Iglesia. Recordemos siempre que el
discernimiento es una gracia. Aunque incluya la razón y la prudencia, las
supera, porque se trata de entrever el misterio del proyecto único e
irrepetible que Dios tiene para cada uno y que realiza en medio de los más
variados contextos y límites. No está en juego solo el bienestar temporal, ni
la satisfacción de hacer algo útil, ni siquiera el deseo de tener la conciencia
tranquila. Están en juego el sentido de mi vida ante el Padre que me conoce y
me ama, el verdadero para qué de mi existencia que nadie conoce mejor que él.
El discernimiento, en definitiva, conduce a la fuente misma de la vida que no
muere, es decir, conocer al Padre, el único Dios verdadero, y al que ha
enviado: Jesucristo. No requiere de capacidades especiales ni está reservado a
los más inteligentes o instruidos, y el Padre se manifiesta con gusto a los
humildes.”
En este proceso tenemos que tener presente, como nos indica el artículo
37,2 “…que el Espíritu Santo es el
principal agente de la formación, y atentos siempre a colaborar con Él, los
responsables de la formación son: el propio candidato, la Fraternidad entera,
el Consejo con el Ministro, el Maestro de formación y el Asistente”.
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 27 – SETEMBRE 2022 - NÚM. 258.