Francisco Javier Conejo, ofs
“Mi primer Asís”
De 1 al
5 de Julio, tres participantes en el campo de trabajo misionero del verano
pasado en Colombia nos encontramos en Asís, como agradecimiento al Señor por
todo lo vivido y con la conciencia plena de continuar la misión desde la
oración y la propia vida.
Natalia,
que en la actualidad está haciendo el itinerario formativo para entraren la OFS
en una fraternidad de Navarra, era la primera vez que pisaba Asís y esta es su
experiencia:
Desde el primer momento, percibí que Asís
es un lugar de encuentro y comunión con toda clase de personas, y no solo con las
que estábamos allí, sino con las que llevábamos en el corazón para pedirles a Francisco
y a Clara que intercedieran por ellas. De algún modo, los otros misioneros de
Colombia también estaban allí. Puede que estuviera muy sugestionada por la
ilusión de estar en Asís (¡Por fin!) y conocer todos los lugares por los que
había paseado el Poverello y que tan bien me fueron explicando mis amigos y
compañeros de misión y de viaje. ¡Qué mejor lugar para dar gracias que la
tierra de Francisco y Clara, que han sido nuestro nexo común!
Veía a Francisco ascendiendo por las
empinadas cuestas de la ciudad, en la plaza donde reconoció a Dios como único
Padre, durmiendo en las pequeñas celdas de Rivotorto y orando en la Porcíncula.
Lo veía pasar en los frailes del Sacro Convento y cuando rezaba Vísperas. Lo vi
claramente en San Damián, la primera vez que entró en esa ermita derruida,
cuando ante el crucifijo sintió una llamada concreta y donde, al final de su
vida, se inspiró para componer el Cántico de las Criaturas.
Y en los caminos de las afuera, donde el
sol parecía brillar más que nunca y el canto de los pájaros estaba en perfecta
sintonía con el entorno; en el encuentro con el leproso o en su búsqueda de
soledad y silencio. Me atrevía a imaginar qué pensaría y sentiría el joven
Francisco poco tiempo después de su conversión, o más adelante, cuando eran
tantos hermanos.
Descubrir la enorme belleza de estos
lugares me ha unido un poco más a Francisco y ha creado en mí un deseo mayor de
vivir el Evangelio de su mano. En Asís se respira ese “Paz y Bien” del saludo
franciscano y a los pocos días ya te sientes en casa entre edificaciones de
piedra y el paisaje verde de las montañas colindantes.
Después de esta peregrinación, no puedo
dejar de pensar que somos afortunados por tener un mediador como Francisco,
aunque no sepa explicar la experiencia con palabras. Sabemos que quien se
encuentra con Dios, es imposible que lo abandone. Y creo que con Francisco pasa
lo mismo. ¿Quién le conoce y no se enamora de él?
Francisco encarna la fraternidad, consecuencia
del trato con Dios; la libertad, derivada de la pobreza; la alegría de un
corazón enamorado y la ternura fruto de su minoridad y paternidad, a imagen de
Dios. Ojalá que no nos quedemos con este inmenso regalo y se lo mostremos a
todo el mundo.
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ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO JAVIER CONEJO, OFS
PUBLICAT
AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SEGLAR DE CATALUNYA.
ANY 24 –
OCTUBRE 2019 - NÚM. 226.