Francisco Javier Conejo, ofs
LIBRO DEL APOCALIPSIS.
(Algunos datos para poder
entender mejor el libro del Apocalipsis).
Contexto histórico
Muchas de las interpretaciones
que se han hecho históricamente de esta obra adolecen de no tener en cuenta
suficientemente la situación en que se encontraban las comunidades cristianas
en las que surge este escrito. El Apocalipsis fue escrito a finales del siglo I
o principios del siglo II, cuando las persecuciones romanas contra los
cristianos se hicieron más cruentas, en tiempos del emperador Domiciano.
Hemos de tener en cuenta que el
Apocalipsis fue escrito para consolar y animar a los cristianos que sufrían las
persecuciones y atrocidades del imperio romano.
El Apocalipsis no pretende dar
una discusión anticipada de los acontecimientos del futuro, sino presentar una
misma realidad bajo varios símbolos diferentes.
Así el Apocalipsis se hace actual
en los cristianos perseguidos hoy en día por el mundo: En Corea del Norte,
Afganistán, Pakistán, Nigeria… Durante 2017, Open Doors, registró un total de
3066 cristianos muertos por causa directa relacionada con su fe y 793 iglesias
atacadas.
El autor
Es el mismo autor el que nos
proporciona su nombre: Juan (1,1-2,4), señalando que, como siervo de Dios, ha
sido un receptor privilegiado de unas revelaciones divinas que ha de comunicar
a las iglesias.
Género literario
En el texto hace referencia a la
literatura apocalíptica. En el libro del Apocalipsis aparecen también el género
profético y epistolar. Y también el género literario apocalíptico: revelación.
Se puede definir al texto apocalíptico al conjunto de expresiones literarias
surgidas en la cultura hebrea y cristiana durante el período helénico y romano
(siglos II y I a. C. hasta mediados del siglo II) y que expresan, por medio de
símbolos y complejas metáforas, la situación de sufrimiento del pueblo judío o
de seguidores de Cristo y su esperanza en una intervención mesiánica salvadora.
La simbología
El autor de la Apocalipsis usa el
“instrumento” de los símbolos para que captemos algunos aspectos de la
revelación divina. El símbolo tiene un carácter irreductible que le permite
expresar ciertas realidades que superan el nivel racional. Las imágenes
simbólicas del Apocalipsis pertenecen al ambiente cultural del Antiguo
Testamento. Todo simbolismo ha de ser advertido, asimilado, descifrado y casi
traducido a un equivalente realista.
Pero después de su «traducción»,
hay que volver al simbolismo, y dejar que la fuerza del símbolo nos transmita
toda su fuerza expresiva. El símbolo tiene un carácter irreductible que le
permite expresar ciertas realidades que superan el nivel racional. Las
equivalencias realistas son simples indicadores. Es la elaboración completa
realizada por el lector-oyente la que logrará la síntesis intuitiva de la comprensión
del símbolo.
No son nunca citas explícitas,
sino elaboradas, transformadas y utilizadas espontáneamente con una gran
creatividad.
El simbolismo teromórfico: el
simbolismo de las formas de animales salvajes o teromórfico reenvía a la
percepción de un nivel de realidad heterogéneo, obscuramente superior al nivel
humano. Su acción ejerce un influjo sobre la vida de los seres humanos y sobre
su historia, aunque bajo el control de Dios. Expresan una fuerza, unas veces
positiva y otras negativas, que se introduce en la historia y la lleva hacia la
conclusión escatológica. En la Jerusalén celestial desaparecen todos los
animales, y nada más queda el cordero.
El simbolismo antropológico: el
Apocalipsis se preocupa de los sufrimientos humanos, las relaciones injustas en
el comercio, etc. (18,11-13.17).
Toma al ser humano como metáfora,
con respecto a sus aspectos relacionales: el amor (noble y prostituido), el
matrimonio, la fecundidad, el parto...; y sus posiciones: estar derecho,
sentando...; insiste en las partes del cuerpo: la cabeza, la frente, el rostro,
la mano, el pie, los dientes, los cabellos, la voz, etc.
El simbolismo cromático: el rojo,
color de la sangre, símbolo de la crueldad (6,4; 12,3). El negro, como signo de
algo negativo: el sol se vuelve negro (6,12); el caballo negro (6,5) imagen,
seguramente, de la injusticia social...
El blanco, color de positividad,
de pureza... (3,4; 4,4; 6,11; etc.). Los cabellos blancos como la nieve (1,14),
imagen de la trascendencia; el caballo blanco (6,2), como fuerza mesiánica.
El color pálido del cuarto
caballo (6,8) simboliza la muerte, la caducidad de la vida.
El simbolismo aritmético: en la
base del simbolismo aritmético está la creencia de que la realidad (tanto en el
nivel humano como en el trascendente) se puede medir y determinarse, ya que
sigue un orden.
Por ejemplo, el número 7, y todos
sus múltiplos, indican totalidad. La mitad del 7, es decir 3,5, indica sólo una
parte, o sea algo que no llega a la totalidad y es, por tanto, limitado.
En los dos casos (42 meses y
1.260 días) son tres años y medio, por tanto, un tiempo limitado y que tiene un
fin.
Tanto en hebreo como en griego, a
cada letra del alfabeto le corresponde un número. Y resulta que la suma del
valor numérico de las consonantes de Nerón Cesar es 666. Miríadas de miríadas
es un número que indica una dimensión más allá de lo imaginable.
El número 1000 indica la
totalidad propia de Dios y la acción de Cristo. Durante mil años el mal será
controlado y, por tanto, toda la realidad está bajo el reinado de Dios
(20,1-6). El 12 y sus múltiplos están relacionados tanto con Israel como con el
grupo de los «Doce» más íntimos de Jesús.
Los 24 ancianos (12 + 12) aluden
a los doce patriarcas (de donde provienen las 12 tribus de Israel) y a los doce
apóstoles (4,2.10; 5,8.14; 11,16; 19,4).
Los 144.000 (12 x 12 x 1.000)
representan la plenitud del Pueblo de Dios. Los que serán salvados pertenecen
tanto a las doce tribus de Israel (7,4), como al nuevo pueblo de Dios,
representado por los doce apóstoles (14,1.3).
Las visiones del futuro del
Apocalipsis, su escatología, representan el principio y el fin, el tema más
recurrente de toda la mitología: la lucha del bien contra el mal... bajo la
clara visión de la interpretación bíblica de la historia: al final el bien vence
al mal.
- ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO JAVIER CONEJO, OFS
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SEGLAR DE CATALUNYA.
ANY 24 – SETEMBRE 2019 - NÚM. 225.