Congreso Nacional O.F.S. 2022 - EL PARDO.
Santa Isabel 2022.
«... AMB UN ‘TE DEUM’ LI DIUS AL CEL:
GRÀCIES DE TANTA TRIBULACIÓ»...
Lluís Salas, ofs
La tradició d’honorar a Santa Elisabet pels terciaris franciscans ha constituït l’entramat mental i estructural de l’OFS, d’ençà que fou canonitzada el 27 de maig de 1235 pel papa Gregori IX, a Perusa. El seu culte va arrelar ràpidament a la família franciscana i el Tercer Orde la va acollir com un dels seus. Isabel continua inspirant-nos als franciscans, amb el seu exemple d’oració, de conversió contínua, d’humilitat, i de pobresa. Ella ens inspira a reconèixer i honorar Jesucrist, en els pobres d’aquest món.
Per tot plegat, a la nostra Fraternitat vam considerar que seria força interessant compartir aquesta joia nostra amb els germans i germanes de la parròquia i, amb el recolzament absolut dels nostres germans Conventuals, vam organitzar la Setmana del Franciscà Seglar, tot aprofitant el Tridu a Santa Isabel. Així, a les homilies de les Eucaristies dels dies 17, 18 i 19 de novembre, germans i germanes del nostre Orde ens van llegir la vida de Santa Elisabet d’Hongria.
En acabar les misses dels dies 17 i 18 vam convidar els feligresos a la sala d’actes del convent on, el dia 17, el nostre ministre Javier Conejo els va comentar la projecció d’un audiovisual al voltant de la vida de Santa Isabel i, el dia 18, el nostre mestre de formació Fernando Llanillo els va dissertar al voltant del que és l’Orde Franciscà Secular, tot finalitzant amb uns interessants comentaris i preguntes dels assistents, que va fer que sortissin molt més ben informats de l’entorn social de l’època de Sant Francesc, Santa Clara i Santa Elisabet, que va generar la creació dels Ordes Franciscans, i de l’evolució del Tercer Orde, l’actual OFS.
El dissabte 19, a la mateixa església i al davant del crucifix de Sant Damià, vam celebrar l’Hora Santa. Amb el títol de "Isabel Contemplativa, Isabel Misericordiosa", cadascú de nosaltres vam experimentar una emotiva introspecció, amb l’ajut d’una música adequada, mentre se’ns anava fent pensaments i qüestionaments, a partir d’aquesta oració:
"Oh alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón.
dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para cumplir tu santo y veraz mandamiento".
I un any més, li diem a la nostra patrona:
«Noble princesa, glòria d'Hongria,
mare i patrona santa Isabel,
guarda al teu Orde que en tu confia
i sent els precs del poble fidel,
mare i patrona santa Isabel.
Tu no et queixes amb aflicció
en ser foragitada de la teva mansió,
amb un Te Deum li dius al cel:
gràcies de tanta tribulació.
Tu fomentaves tot allò sant,
va ser tan virtuosa ta joventut
que sant Francesc et va donar el seu
mantell
per a donar més ales a la teva virtut.
Quantes misèries tu vas socórrer!
ànima inflamada de caritat
també ara dóna al món trist
la seva franciscana felicitat».
Formación: Acompañar para vivir · La figura del acompañante espiritual
Formación: Acompañar para vivir.
LA FIGURA DEL ACOMPAÑANTE ESPIRITUAL.
Francisco Javier Conejo Salvador, OFS
En unos de los encuentros de
formación organizados por la Comisión de formación nacional, Fray Buiza habló
del acompañante espiritual, que podría ser el asistente espiritual, o el
maestro de formación o un hermano profeso de la fraternidad. Y el candidato a
este acompañamiento podría ser cualquier hermano profeso que lo pidiera de la fraternidad
local.
Creo que es un tema
interesante, pero que por el momento, como tantos otros temas interesantes que
se proponen a las fraternidades, duermen el sueño de los justos.
En los próximos boletines de
la OFS de Cataluña me propongo profundizar en este tema. En este boletín del
mes de noviembre mi propuesta es hacer una introducción al tema.
La preocupación por la vida
espiritual ha sido una constante en la vida de la Iglesia, ha adquirido formas
distintas a lo largo de la historia, ha padecido crisis más o menos profundas y
se está recuperando con fuerza en las últimas décadas. La visión teológica del
Vaticano II, al tiempo que puso en crisis la clásica dirección espiritual,
también facilitó las bases del nuevo planteamiento del acompañamiento espiritual.
La formulación de la
catequesis como itinerario de fe, el aporte de las ciencias psicopedagógicas y
la necesidad de personalizar la fe ante los retos del mundo contemporáneo han
contribuido al interés por el diálogo espiritual. En consecuencia, el papel del
catequista y del animador de grupos o comunidades cristianas, o del formador en
los movimientos eclesiales, sobre todo si están en procesos básicos de
iniciación o formación, tiene unos perfiles nuevos, entre los que destaca la
preocupación personal por cada componente y su crecimiento en la fe.
El acompañamiento espiritual
puede ayudar a tomar conciencia y a buscar salidas, pero sólo el interesado
puede responder desde sí mismo a su propia maduración, a la voluntad de Dios y
a los retos que desde fuera le llegan. Este cambio de enfoque en la dirección
espiritual está avalado por múltiples estudios desde diferentes puntos de vista
y por la experiencia eclesial de muchas personas y grupos.
En la vida de todo creyente
hay un antes y un después, - un vivir la fe “por inercia” - a no poder vivir ya
la vida sin la fe. Esto que debería ocurrir en todo creyente, y seguro que
ocurre, otra cosa es que no nos demos cuenta… estamos tan entretenido en las
“cosas de Dios” y no “en Dios” (Cardenal Van tu Han) que ni nos damos cuenta,
pero Francisco si, Francisco, si se dio cuenta. Francisco de Asís es, en primer
lugar, un itinerario viviente, dinámico: el itinerario de la Fe. Su aventura
humana y espiritual es la de un creyente que, súbitamente, toma en serio su Fe.
Pasar de una religión, tan bien «asimilada» y «aseptizada» que ya no molesta a
nadie, al riesgo de la Fe, no es algo trivial. Esto es lo que le aconteció a
Francisco.
Estamos en el año 1204-5.
¡Tiene 25 años! Rico, hábil en los negocios, de compañía y conversación
agradables, posee todo lo necesario para seducir, triunfar y deslumbrar. Y no
se priva de ello. Fácilmente excéntrico, le gusta hacerse notar. Ambicioso,
sueña con asir la vida a manos llenas. Los honores militares, la gloria y la
celebridad asedian su mente. Pero el ensueño de Dios sobre el hombre es aún
mayor. Algunos fracasos, un año de cárcel, un año de enfermedad le golpean
duramente. Su descompás choca con la realidad. Sus sueños se cuartean. ¿Tras
qué corro? Un gran vacío se apodera de él. Tiene sed de otra cosa. Pero, ¿de
qué? ¡La Fe es, en primer lugar, una pregunta! El Espíritu lo deja insatisfecho
de sí mismo. La carrera militar y el negocio pierden atractivo. Toma
distancias. Su ambición se interioriza. Y es cuando se dejó sentir en su alma
el poder de una penetrante voz que le decía: "Francisco, ¿quién podrá
darte mayores grandezas y favores, el Señor o el esclavo?". "El
Señor", respondió prontamente Francisco. "Pues, entonces, ¿por qué
dejas al Señor por el siervo y al príncipe por sus vasallos?". Comprendió
Francisco que era Dios quien le hablaba, y exclamó como Saulo en ocasión
parecida: "Señor, ¿qué queréis que haga?". Y empieza el combate de la
Fe, que le marcará de por vida. «Lleno de un nuevo y singular espíritu, oraba
en lo íntimo a su Padre... Sostenía en su alma tremenda lucha... uno tras otro
se sucedían en su mente los más varios pensamientos» (1Cel 6). ¡Pasar de las
ambiciones personales al Proyecto de Dios... no es cosa fácil!: - Presiente un
nuevo camino de libertad, una nueva dirección capaz de saciar su hambre de
vida..., - pero el hombre teme siempre perder sus «proyectos» inmediatos para
entrar en el futuro de Dios. - Francisco descubre que la Fe es una tenue luz en
la noche. Renunciar a guiar la propia vida uno solo, a fin de abandonarse al
querer de Dios, entrar en su Proyecto de amor para con nosotros..., eso es el
misterio de la Fe. Francisco ilustra esa apuesta de la Fe.
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 27 – NOVEMBRE 2022 - NÚM. 260.
DE LA TOF A LA OFS.
DE LA TOF A LA OFS
Fra Julián Pascual, ofmconv
El Concilio Vaticano II, supuso un gran impulso en la renovación de la iglesia. Sus documentos no sólo mostraron una nueva imagen y misión de la Iglesia, si no que sirvieron de acicate para la renovación profunda de todas las entidades eclesiales: Órdenes, Congregaciones, Institutos, Asociaciones de Fieles, etc.
Todas acometieron la renovación de sus Reglas y
Constituciones.
La Tercera Orden Franciscana no fue indiferente a
esta necesidad. Y en un proceso largo, en tiempo y en fondo, renovó su Regla y
Constituciones. La historia de la Orden, nos muestra la variedad y riqueza de
las distintas Reglas. Inicialmente se acepta como exhortación de vida la “Carta a los fieles”, en sus dos
redacciones; se considera como una norma de vida dada por Francisco a todos los
fieles, en particular a los hermanos “penitentes”. La Iglesia, por mediación
del Cardenal Hugolino, publicó una Regla común para todos los grupos de
“penitentes” que Francisco quiso que sus hermanos seglares aceptaran como
propia. Es el Memoriale Propositi de
1221.
- El Papa Nicolás IV,
franciscano, con la Bula Supra Montem,
publicó una nueva regla en 1289; más bien es la oficialización definitiva del Memoriale Propositi.
- El Papa León XIII, terciario franciscano,
publicó la Regla en 1883, con la Bula “Misericors
Dei Filius”, casi 600 años después de la anterior.
- La finalidad de las distintas
Reglas es recoger el carisma, la intuición de Francisco, que no siempre se
percibe de la misma manera. De ahí esa necesidad de actualización de la Regla.
El gran problema al proponerse redactar una nueva
Regla es fusionar los dos grandes principios de la renovación conciliar:
· La fidelidad al carisma
original
· La adaptación a la situación
presente.
La fidelidad
a los orígenes se garantizó con la celebración de dos congresos de estudios
franciscanos sobre: “La Orden de
Penitencia” y “Los hermanos
penitentes de San Francisco”.
Y la adaptación al momento, siendo fieles a las
líneas y al espíritu del Concilio.
Fruto de un muy intenso trabajo resultó la Regla y
Constituciones actuales.
La Regla fue aprobada y confirmada por el Papa San
Pablo VI el 24 de junio de 1978, con la carta apostólica “Seraphicus Patriarcha”.
Las nuevas Constituciones Generales fueron
aprobadas por Decreto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada
y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), el día 8 de diciembre de 2000.
La nueva Regla y Constituciones, conllevaban cambios sustanciales de:
Nombre,
contenido, forma de gobierno y misión.
NOMBRE.
El cambio de nombre de “Tercera Orden Franciscana”
(TOF) a “Orden Franciscana Seglar” (OFS), no es una decisión caprichosa, sino
expresión del cambio sustancial de la Orden. A su vez con el cambio de nombre:
- Se evita la jerarquización
dentro de la Familia Franciscana.
- Y se acentúa la secularidad
como campo propio de la misión.
PENSAMIENTO.
La nueva Regla y Constituciones proponen un nuevo
modelo de vida:
· Retorno a lo esencial:
- El bautismo como fundamento de
todo
- Compromiso en el seguimiento de
Cristo
- Fidelidad a la Iglesia
- Oración litúrgica
- Espiritualidad bíblica
. Primacía de la secularidad
- Encarnar el evangelio en cada
situación de la vida
- Valorar la vida cristiana en el
mundo
· Importancia de la Fraternidad
- La vida fraterna, base del
franciscanismo
- La fraternidad extensible a
todo ser viviente
GOBIERNO.
La nueva Regla y Constituciones cambian la forma
de gobernar la Orden.
- Valora la Fraternidad nacional,
regional e internacional
- Asume una organización jerárquica
y autónoma
- Define su Interdependencia y
Autonomía
MISIÓN.
- Se pasa de una misión familiar
y fraterna a una universal.
- Promoción de la justicia y la
paz en el mundo externo.
- Equilibrio ecológico con el
mundo externo.
Por todo ello se considera que no es algo banal el
cambio de nombre en la Orden. Es debido a una identificación nueva con una
forma de ser diferente en el mundo y sociedad de hoy,
Se nos ofrecen los recursos necesarios para lograr
el objetivo de la vida
Ser hermano
menor de todos.
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 27 – NOVEMBRE 2022 - NÚM. 260.
"Formación" (2).
FORMACIÓN
Francisco Javier Conejo Salvador, OFS
Fraternidad desde nuestra Regla y Constituciones
(Basado en la ponencia de Emanuela De Nuncio en el capítulo General de Hungría)
“Vivir el evangelio en
comunión fraterna”. Tal
vez deberíamos reflexionar con mayor frecuencia y más atentamente la definición
contenida en el art. 3.3 de las CC.GG. “La
vocación a la OFS es una llamada a vivir el Evangelio, en comunión fraterna.
Con este fin, los miembros de la OFS se reúnen en comunidades eclesiales, que
se llaman Fraternidades” y, a su vez, las Fraternidades son células
reagrupadas en una unión orgánica, es decir, la gran familia espiritual de la
OFS, extendida por todo el mundo.
Hay dos palabras que tenemos que tener muy en cuenta a la hora de hablar de
Fraternidad en la OFS: Sentido de pertenencia y corresponsabilidad.
Por eso, en referencia a la identidad/pertenencia, debemos subrayar el
sentido de comunión y de corresponsabilidad. Las CC.GG. lo afirma con fuerza en
el art. 30.1: “Los hermanos son
corresponsables de la vida de la Fraternidad a la que pertenecen y de la OFS
como unión orgánica de todas las Fraternidades extendidas por el mundo.” Se
trata de una comunión fraterna, de fe y de amor, que tiene necesidad de ser
alimentada por la oración recíproca y por el conocimiento mutuo. Todos
conocemos de memoria la definición de Fraternidad local contenida en el art. 22
de la Regla: “primera célula de toda la
Orden… signo visible de la Iglesia… comunidad de amor…” Donde desarrollamos
nuestra vocación de franciscanos seglares.
Para explicitar estas afirmaciones básicas, las Constituciones Generales en
el art. 30.2 precisan como debe ser vivida la pertenencia a la Fraternidad: “El sentido de corresponsabilidad de los
miembros exige la presencia personal, el testimonio, la oración, la
colaboración activa, según las posibilidades de cada uno y los eventuales
compromisos para la animación de la Fraternidad”. Para no hacer discursos
teóricos, creo que es importante que nos detengamos y “desmenucemos” las “exigencias” de la corresponsabilidad.
Así pues, veamos:
1. la presencia personal, o sea
la participación frecuente (¡no opcional!) a los encuentros de la Fraternidad,
que no pueden ser más las famosas “reuniones
mensuales”, sino más bien “encuentros
frecuentes”, organizados por el Consejo para estimular a cada uno a la vida
de fraternidad y para un crecimiento de vida franciscana y eclesial (Regla n.
24);
2. el testimonio, de vida
evangélica y de vida fraterna, incluso como medio de promoción vocacional
(Regla n. 23 y C.C. G.G. art.37.3);
3. la oración, que es el alma de
esta “comunidad de amor” (Regla n. 8);
4. la colaboración activa, de
todos y de cada uno, para el buen funcionamiento de la Fraternidad, para el
desarrollo dinámico y participativo de las reuniones, para la realización de
sus iniciativas caritativas y de apostolado (C.C. G.G. art. 53.3);
5. los eventuales compromisos en la
animación de la Fraternidad, en particular, cuando uno se convierte en
candidato para tal o cual oficio/servicio (C.C. G.G. art. 31.4);
6. la contribución económica, en
la medida de las posibilidades de cada miembro (C.C. G.G. art. 30.3), para
proporcionar los medios financieros necesarios para la vida de la Fraternidad y
para sus obras de culto, de apostolado y caritativas.
Con todo, con esto no basta: la corresponsabilidad compromete a todos los
miembros a hacerse cargo del “bienestar” humano y espiritual de cada uno de los
hermanos (CC. GG. art. 42.4): ninguno debe ser dejado solo frente a sus
problemas y a sus dificultades, sino que en la Fraternidad debe encontrar ayuda
(incluso material), apoyo, alivio.
En sustancia, vivir y obrar hoy en la Fraternidad quiere decir tomar
conciencia de algunos puntos firmes, como: el encuentro con el hermano en su
situación concreta, el acompañamiento de su crecimiento humano, la experiencia
de oración en sus diversas formas, la educación en el compromiso por la
construcción del Reino y un grado de pertenencia eclesial que haga percibir el
sentido de la meta global: el crecimiento y la realización del hombre nuevo en
Cristo (Reg. OFS n. 14).
La fraternidad nace cuando se pasa del yo al nosotros. Pero el “nosotros”
no nace sencillamente del dato de realidad que me dice que además del yo
existen otras personas. Para que se dé el “nosotros” debo aprender a perderme y
encontrarme en otros. Este dinamismo difícil necesita el aprendizaje de la
convivencia, de la coexistencia, del compartir y el convivir. Todo esto se hace
con respeto, escucha, diálogo, amor…
En la OFS tenemos un sentido muy peculiar, muy personal de nuestra
fraternidad. No la concebimos como un grupo de amistad, ni como un equipo de
trabajo, ni como una comunidad religiosa presidida por un representante de
Dios, sino como una familia de hermanos, en la que cada uno puede ser él mismo
y manifiesta confiadamente el uno al otro sus necesidades. Lo más importante
para nosotros es la calidad de nuestras relaciones interpersonales.
Un papel muy importante es la dimensión afectiva de nuestra fraternidad. El
cariño mutuo, comprensión, acogida, la vida en común… Nuestro peligro es el
individualismo, el sentirnos “no pobres”, no necesitados.
El Consejo entre otras competencias tienen: “establecer un diálogo fraterno con los miembros que se hallan en dificultades particulares y adoptar las determinaciones oportunas; decidir la suspensión de un miembro de la Fraternidad” (CCGG 50). Siempre con el fin de proteger a la Fraternidad.
Francisco no piensa una fraternidad proyectando un idealismo utópico sin
conflictos. Una fraternidad idealizada genera vocaciones idealizadas,
vocaciones que no aguantan el conflicto. Y hemos de aprender a vivir, convivir
y superar el conflicto en fraternidad. El conflicto existe porque como personas
que formamos nuestras fraternidades tenemos nuestras miserias humanas:
envidias, egoísmos.
La pluripertenencia.
Uno de los mayores obstáculos que se interponen a la corresponsabilidad es
la que convencionalmente llamamos “pluripertenencia”, es decir, la tendencia de
algunos franciscanos seglares a adherirse a una multiplicidad de grupos y
asociaciones eclesiales. No hay que olvidar que “La vocación a la OFS es una vocación específica, que informa la vida y
la acción apostólica de sus miembros” (CC. GG. Art. 1). Cuando el
franciscano seglar está inserto también en otras asociaciones, la inspiración
franciscana, que debería impregnar su vida entera, en cada expresión y
manifestación, se diluye en la mezcla con otras espiritualidades. Además, los
compromisos se suman y se superponen, impidiendo la puntual observancia de las
obligaciones que derivan de la vida de Fraternidad.
PUBLICAT AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 27 – OCTUBRE 2022 - NÚM. 259.