Francisco Javier Conejo, ofs
Me
gustaría compartir con vosotros algunas reflexiones sobre la Fraternidad local
como plataforma evangelizadora. Vida de Oración y Formación.
Algo que
a nosotros nos cuesta tanto percibir y vivir como real, en Francisco es
concretísimo y le sale de bien adentro: la vida como una transcendencia, un
misterio personal; la realidad toda que habla de “Alguien” que la sostiene. O
dicho al revés: Dios como fuente de la
vida, primera y última palabra, Creador y Salvador. Si decimos que
“Francisco lo recibe todo”, estamos nombrando a Alguien que lo da; él así lo
hace intensamente…
Las primeras fraternidades. San Francisco
de Asís de Jesús Torrecilla
Artículo 37.2: Desde el ingreso en la
Fraternidad se inicia el camino de formación, que debe desarrollarse durante
toda la vida. Teniendo presente que el Espíritu Santo es el principal agente de
la formación y atentos siempre a colaborar con El, los responsables de la
formación son: el mismo candidato, la Fraternidad entera, el Ministro con el
Consejo, el Maestro de Formación y el Asistente, como guía espiritual.
Artículo 44.3: La formación permanente,
mediante cursos, encuentros, e intercambio de experiencias, tiene como finalidad
ayudar a los hermanos:
· a escuchar y meditar la Palabra de Dios,
"pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio";
· a reflexionar, iluminados por la fe y
ayudados por los documentos del magisterio, sobre los acontecimientos de la
Iglesia y de la sociedad, tomando posturas coherentes;
· a actualizar y profundizar la vocación
franciscana estudiando los escritos de San Francisco, Santa Clara y otros
autores franciscanos.
¿QUÉ ES LA FORMACIÓN FRANCISCANA?
La formación franciscana tiene su fundamento en el encuentro personal con el Señor, y se inicia con la llamada de Dios y la decisión de cada uno de seguir con san Francisco las huellas de Cristo pobre y crucificado, como discípulo suyo, bajo la acción del Espíritu Santo.
La formación es una ayuda a los hermanos para descubrir la novedad y la vitalidad en la propia llamada como don del Espíritu en el seguimiento de Jesús al estilo de Francisco de Asís.
La formación franciscana es un proceso continuo de crecimiento y de conversión que compromete toda la vida de la persona, llamada a desarrollar la propia dimensión humana, cristiana y franciscana, viviendo radicalmente el santo Evangelio: "pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio", en espíritu de oración y devoción, en fraternidad y minoridad.
La formación franciscana es un proceso dinámico de crecimiento que nos debe llevar al seguimiento de Jesucristo, según la forma de san Francisco, lleva al franciscano seglar a comprometerse con la Iglesia y con el Mundo. A ponerse al servicio de los hombres de nuestro tiempo, como mensajeros de reconciliación y de paz. Esta Formación debe recoger los contenidos esenciales del carisma franciscano, para encarnarlos cada vez con mayor autenticidad en nuestro tiempo.
La vida de Formación y Oración de la Fraternidad (Evangelizados) tiene como objetivo principal desarrollar la vocación propia durante toda la vida, y esta vida de Formación y Oración me debe llevar a la Misión (Evangelizar)
Artículo 12.3 de las CCGG: Los hermanos cultiven el trato filial con Dios y "hagan de la oración y de la contemplación el alma de su vida y de su obrar". Traten de descubrir la presencia del Padre en su corazón, en la naturaleza y en la historia de los hombres, en la que se cumple su plan salvífico. La contemplación de tal misterio les moverá a colaborar en este designio de amor.
La vida de oración nos llevará crecer por dentro como hermanos, los vínculos que surgen en el proyecto de Fraternidad se transforma con la presencia de Jesús.
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ARTICLE ESCRIT PER FRANCISCO JAVIER CONEJO, OFS,
PUBLICAT
AL BUTLLETÍ DE L’ORDE FRANCISCÀ SECULAR DE CATALUNYA.
ANY 25 –
ABRIL 2020 - NÚM. 232.